Normalicemos los precios justos. El fast fashion creó la catástrofe económica en la que nos encontramos y las expectativas de precios forman parte de ella. Muchas de las prendas que compramos tienen precios muy bajos y es probable su cadena de procesos no sea la más ética.
No hay periodos de rebajas, ocasionalmente hay descuentos como muestra de agradecimiento o por cambio de temporada pero sin afectar costos de producción.